Categories
Deporte

Maratón

Somos animales

Correr es algo natural, viene de fábrica por el simple hecho de ser humano, nuestro instinto animal ya sea para cazar o para sobrevivir nos insta a correr.

Olimpiadas

El primer recuerdo que tengo de correr es de unas olimpiadas en las que participé en la primaria, estudié en la Abraham Castellanos en Xalapa, si no recuerdo mal fue una competición a nivel estatal y como se me daba bien el deporte me apuntaron en un montón de disciplinas, entre ellas el atletismo. Participé en 100 y 200 metros. En los 100 metros no lo hice tan mal, creo que quedé en 4 o 5 lugar de un montón de niños. Pero los 200 metros fueron otra cosa, sufrí cada segundo que duró esa prueba, no tenía ni idea de lo difícil que es administrar la energía, salimos disparados como alma que lleva el diablo y a los pocos metros las piernas me pesaban, el corazón me explotaba y la meta cada vez se veía más lejos pues corrimos en el Estadio “Heriberto Jara Corona” que tiene una pista de atletismo es condiciones.

Nada serio

Después de eso la verdad es que no tengo recuerdos de correr como tal, ya sea por competir, por ejercicio, por despejarme o lo que sea, es decir, algo mío o para mi. En varios campamentos de verano en el Ashram siempre había actividades deportivas y participaba, pero esto no lo cuento.

Aquí empieza

Todo empezó realmente para mi cuando vivía en España, en ese momento trabajaba en el Grupo Prisacom en el Campo de las naciones. Un buen día un amigo me invitó a jugar fútbol y aunque no era mi deporte favorito me apunté por eso de socializar y hacer algo diferente, fuimos a jugar durante nuestro descanso al medio día y la verdad es que lo pasé bien, me gustó la rivalidad sana con la que se jugaba, ver otra cara de mis compañeros de trabajo, los gritones, los individualistas, los que jugaban en equipo, los que dirigen todo y así sin querer yo también entre en una categoría, los que corren todo el rato y no se cansan.
Después de unas semanas jugando me presentaron a Jorge y él me invitó a correr, yo le dije que nunca había corrido pero que vale, que quería probar. No tenía ni idea de lo que estaba a punto de empezar en mi vida.

Salimos juntos desde la oficina hacía el Centro Deportivo Municipal Luis Aragonés, ahí nos cambiamos y dejamos nuestras cosas. Llegaron otras personas que se convertirían en mis amigos, maestros y compañeros de carreras: Pablo, Gabriel y Javier. Me preguntaron muchísimas cosas que ya ni recuerdo y menos aún lo que les contesté, sólo recuerdo que sentía un poco de miedo y no sabía si aguantaría, eso si se los dije, pero la verdad es que desde siempre me trataron muy bien y me dijeron que aguantará y que si necesitaba parar que lo dijese. Corrimos hasta el parque Juan Carlos I y dimos vueltas dentro, habremos corrido unos 40 minutos o quizá un poco más. Recuerdo que fue muy duro, me costaba respirar, la boca me sabía a sangre, de vez en cuando veía todo blanco, pero aguanté y me propuse seguir.

Seguimos haciendo esto durante unas semanas, creo que corríamos dos o tres veces por semana. Me dijeron que estaban empezando el entrenamiento para el maratón de Madrid, yo no tenía ni idea de lo que era un maratón y les dije que seguiría el entrenamiento mientras pudiese. Después de un par de meses, ya con confianza sobre mi mismo, mi energía, mi respiración y con un poco más de idea sobre lo que era correr me apunté a mi primer carrera.

Primera carrera

La primera carrera en la que participé fue la del CESIC Carrera de la ciencia en Madrid, fueron 10 kilómetros. Estaba muy nervioso y no recuerdo bien porque pero ninguno de mis amigos correría esa carrera, sin embargo me animaron a hacerlo. Me sentía muy raro de correr solo, porque hasta ese momento siempre había corrido con mis amigos.
Llegué temprano, recogí mi dorsal, aprendí la importancia de llevar un cambio de ropa, comida, bebida y una mochila pues no llevaba nada. Era otoño pues la carrera fue en octubre y ya se notaba el frío.
Seguí al mar de gente cuando empezaron a salir a la calle y prácticamente sin darme cuenta todo mundo empezó a correr, así que hice lo mismo. Me sentía raro, había mucha gente y casi no tenía espacio para correr, la mayoría iban más despacio que yo así que estuve un buen rato adelantando gente. La carrera empezó y terminó en Serrano, es lo único que recuerdo, el resto del recorrido no lo recuerdo. Cuando quedaban un par de kilómetros para terminar me sentía fuerte aunque tenía en mente los comentarios de mis amigos “no te quemes”, “tómatelo con calma”, “disfruta” así que eso hice, disfrutar cada paso, las calles, el ambiente de la gente apoyando, la ciudad sin coches, mi corazón latiendo, mis pulmones llenándose y vaciándose, sintiéndome muy afortunado y de pronto ya había llegado a la meta. Me pilló totalmente por sorpresa, me dieron la bolsa del corredor con una camisa, plátanos, agua, barritas y publicidad, todo lo comestible lo devoré y me sirvió para recuperar energía, la camisa me sirvió para calentarme un poco.

Esta fue mi primer carrera, a la que siguieron muchas más.

Camino al maratón de Madrid

Al volver la siguiente semana a la oficina y salir a correr, la pregunta de todos fue “¿qué tal? ¿cuánto hiciste? ¿qué ritmo llevaste?” sí, todo en una sola pregunta, jejeje. La respuestas fue, no lo sé, en ese entonces no sabía ni me interesaba nada de tiempos, ritmos y demás, no tenía ni idea de las cosas en las que me metería en el futuro (hola strava). Me enseñaron a buscar en internet los resultados de la carrera, así descubrí que mi primer 10km lo hice en 47 minutos y no recuerdo los segundos.

Seguimos entrenando, a veces cuestas, a veces circuitos, a veces sprints, otras íbamos a la pista de atletismo y ahí hacíamos repeticiones a ritmos rápidos. Aún seguía sin entender, yo sólo hacía lo que me decían. Luego conforme el entrenamiento avanzaba empezamos a vernos los domingos para correr en la casa de campo y así poder hacer un rodaje largo, tampoco sabía lo que era eso pero ahí estaba, durante esos días llegamos a correr hasta 30km. Hoy lo recuerdo y lo entiendo, en aquel momento sólo quería sobrevivir.

Se abrieron las inscripciones para el maratón de Madrid, me lo dijeron con mucha ilusión y también noté por primera vez un poco de inseguridad o quizá fuese respeto, cuando les pregunté el porque de esa duda me dijeron que un maratón no es cualquier cosa, que incluso habiendo entrenado bien en el día hay muchas cosas que pueden salir mal.

Nos apuntamos y seguimos entrenando, ahora todo tenía un motivo claro y definido, se acercaba, se sentía y hacía allá corríamos.

Estos amigos eran unos pros, todos entrenaban para correr el maratón en menos de 3 horas.

Llegó un momento en que pesaba 72kg y me decían que aún tenía que perder peso, a ese nivel se tomaban las cosas estos amigos. Mido 188cm con lo cual 72kg era poco peso para mi y me sentía en los huesos. He llegado a pesar 96kg de músculo, ahora me siento muy bien y peso 84kg.

Algo inesperado

Tenía vacaciones y las tenía que utilizar, estuve mirando vuelos a México pues hacía tiempo que no íbamos a visitar a la familia. Encontré unos vuelos espectaculares de precio para todo la familia justamente el fin de semana del maratón.

Así es que fui a México y no corrí el maratón.

Al volver a España cambié de trabajo y dejé de ver a mis amigos, intenté seguir en contacto con ellos y correr cuando menos los fines de semana juntos, pero por una u otra razón no lo conseguimos.

Agradecimientos

Ellos me enseñaron a amar correr, me enseñaron a ir mucho más allá de mis límites, aprendí disciplina, aprendí técnica, aprendí fortaleza. Conocí las carreras, los entrenamientos, las tiendas, la jerga del corredor, las zapatillas.

Cuestas, aprendí a amarlas y no a temerlas, más vale estar preparado y saber como atacar que morir o sufrir cuando llegue una.

Velocidad, aprendí a sacar partido a mis piernas largas, a utilizar bien la zancada, a ser explosivo y también a dosificar la fuerza.

Distancia, quizá lo más importante que aprendí aquí fue a meditar y escucharme pues se pasa mucho tiempo con uno mismo, especialmente en carreras largas. Así que lo mejor es ser amigo de uno mismo y saber motivarse.

La vida sigue

Con el cambio de trabajo intenté correr por mi cuenta en el nuevo barrio, incluso había una pista de atletismo al lado de la nueva oficina en el Polideportivo Municipal La Concepción pero no lo conseguí, no era lo mismo solo. Así que lo de correr se quedó aparcado por varios años y sólo corría de vez en cuando en Aranjuez, en el Jardín del Príncipe o en el Jardín de la Isla. Aún así corrí varias veces la carrera de Aranjuez 10km a la cual le tengo mucho cariño.

Parkrun

En 2010 nos mudamos a Inglaterra, al llegar encontré algo que cambiaría mi vida para siempre, pero requiere un post dedicado única y exclusivamente a ello. Por razones prácticas diré que es una carrera gratuita de 5km que se organiza todos los sábados en distintas partes del planeta.

Mi amigo Sergio y yo empezamos a correr parkrun, en mi caso el primero fue en 2010, el segundo en 2011 y desde 2012 he corrido un parkrun cada sábado sin perderme ninguno a menos que fuese voluntario o director de carrera, pero eso ya lo explicaré.

Gracias a parkrun he conocido a muchísimas personas, algunos de ellos se han convertido en más que amigos, en hermanos, en compañeros pues compartimos una pasión muy fuerte. David, Pedro, Rob, John, Paul, Dave, Stu, Jenny, Milz, Claire y bueno, una lista muy grande.

David y yo conectamos muy bien en muchos niveles, entrenamos juntos, corrimos parkrun juntos, disfrutamos de los bosques y la naturaleza corriendo a través de riachuelos, de barro, subiendo sin parar y al mismo tiempo dándonos la oportunidad de apreciar la magia de los bosques tan hermosos que nos rodeaban. Un buen día me dijo “vamos a apuntarnos a un maratón” ¿cómo decir que no a eso? La obvia respuesta fue “Claro que sí, vamos a por ello”.

Un nuevo objetivo

Después de hablarlo bien e investigar, decidimos que correríamos el maratón de Milton Keynes, nos gustó principalmente porque terminaríamos en un estadio y queríamos tener esa experiencia de terminar a lo grande en nuestro primero maratón.

Me hizo mucha ilusión tener de nuevo la meta de correr un maratón porque era una espinita que tenía clavada desde el maratón de Madrid.

El entrenamiento fue bien y disfruté cada paso, cada kilómetro, cada gota de sudor, los masajes, los baños, el descanso, las pláticas y todo lo que no se ve, porque el maratón es un día pero para que llegue ese día y se pueda disfrutar hacen falta muchas horas, días, semanas e incluso meses.

Lesiones

Como me ha pasado en casi todos los entrenamientos para maratones que he hecho terminé lesionado por el estrés al que sometí a mi cuerpo.

La emoción, las ganas, la falta de experiencia, la presión que uno mismo se pone y los propios límites del curso, buenos en realidad más que límites fue el no escuchar al cuerpo ya que el cuerpo pedía descanso y yo quería seguir entrenando, el cuerpo decía hoy no corras y hacía oídos sordos para salir a correr.

Llegué al día del maratón muy cansado, con dolores de espalda y principios de una lesión isquiotibial en la zona de la rodilla izquierda.

El día de la verdad

No hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no se llegue. Siempre me ha gustado esa expresión porque por un lado te anima y te alienta hacia algo pero al mismo tiempo te marca claramente el fin.

Ese día salimos de casa temprano hacia Milton Keynes, me acompañaros Ishtar y los niños. Nos encontramos con David y Mayte para ir en caravana.
Sergio y Gladys nos esperaban en el estadio, también vinieron el padre y la madre de Gladys.
Como sorpresa especial vinieron el padre y la madre de David, era la primera vez en su vida que volaban y que salían de España.
Nuestro amigo Rodolfo también fue para animarnos.

Antes de iniciar la carrera y sabiendo como estábamos de cansados y adoloridos Mayte nos ofreció ibuprofeno, así que nos tomamos una pastilla cada uno y nos llevamos otra para la mitad de la carrera.

Con toda la ilusión y alegría del mundo nos unimos al grupo de gente que poco a poco se iba haciendo más grande hasta que ya estábamos todos listos.
Recuerdo que cuando empezó la carrera David y yo nos abrazamos, sólo llegar hasta ese punto había sido ya un éxito, el ambiente era mágico y se sentía la alegría que nos rodeaba, la euforia, fue un momento pletórico, felicitamos a mucha gente y recibimos la felicitación de otros tantos.

Pero bueno, ahora empezaba la carrera así que hicimos los que fuimos a hacer, correr. La carrera discurrió muy bien, había música en vivo con algunas bandas animando y gente por todas partes.
En cuanto encontramos nuestro ritmo y nuestro grupo entramos en el flow, esto acompañado de las buenas conversaciones hizo que el maratón pasará muy rápido, o eso pensaba hasta que empecé a sentir dolor, por suerte teníamos más ibuprofeno así que lo tomamos, tardó un poco en hacer efecto y volvimos al estado de no sentir dolor.

Ya se veía el estadio pero el cansancio empezó a hacer efecto, David me dijo que tenía que parar y que no lo esperase, que siguiese y que terminase en un buen tiempo por los dos, le dije que no, que quería que terminásemos juntos, pero insistió y no me dejó que lo esperase, así que seguí corriendo con la ilusión de ver a mis hijos alegres y orgullosos viendo a su padre cumplir uno de sus sueños.

El final fue una gran fiesta con nuestras familias y nuestros amigos. Siempre recuerdo lo que me dijo Sergio que le dijo su hermana al terminar una carrera “cuando estás por llegar a la meta sientes que te mueres, pero cuando cruzas la meta eres inmortal” así fue exactamente como me sentía. También lleno de gratitud por todas las personas que nos acompañaron en esa primera experiencia.

¿Y ahora qué?

Es curioso este efecto pero en cuanto se me pasó la alegría del momento y me di cuenta que ya había conseguido la meta que me había planteado y que no tenía otra meta relacionado con correr me planteé correr otro maratón. Esto creo que fue después de un par de semanas, pues mi cuerpo estaba roto y tuve que descansar bien para recuperarme.

Después de ese primer maratón he corrido los siguientes maratones oficiales:

  • 2014 Milton Keynes 3:53 con David
  • 2015 Loch Ness 3:35 con David, Sergio también lo corrió
  • 2016 Paris 4:19
  • 2016 Brighton 5:27 con Sergio
  • 2016 South Downs 4:45 con David
  • 2016 Dorset Invader 5:09 con David
  • 2016 Amsterdam 4:21
  • 2016 Portsmouth 3:40 con Nic
  • 2017 Brighton 4:30
  • 2017 London 4:09

Además de estos he corrido otros maratones de manera no oficial y también unos cuantos ultramaratones tampoco oficiales de los cuales puedo destacar cuando corrí con mi amigo Scott alrededor de la Isla de Wight, fueron 115km, una de las experiencias más enriquecedoras y bonitas que me acercaron y unieron mucho con Scott.

Se acabó

La verdad es que no, me di un descanso de varios años con los maratones pero para el próximo 2021 tengo en mente correr el maratón de Edimburgo, como no podía ser de otra manera invité a mi buen amigo David que de inmediato dijo que si, además invité a Sergio, Pedro y Jay, así que si todo va bien el próximo año volveré a correr un maratón.

Y ahora si se acabó.

Categories
Música Reflexiones

Amistad

Un amigo es el que te acompaña, te escucha, te entiende, te confronta, te da todo sin pedir nada a cambio, te conoce y sabe lo que decirte, entiende tu sentido del humor, conoce tus miedos y tus virtudes, es el que sabes que pase lo que pase puedes contar con él. De igual forma siempre está en tu mente y sabe que cuenta contigo.

Tengo la fortuna de haber conocido y encontrado varios amigos y amigas de este tipo a lo largo de mi vida. Algunos aparecieron de manera inesperada, otros llegaron por la familia, durante el trabajo o los estudios, gracias al deporte o gracias a hobbies.

Muchos de ellos se han transformado en compañeros de vida, hermanos y hermanas. Nunca tuve una hermana de sangre, pero gracias a mis amigas, sobre todo a las más cercanas y con las que crecí, pude experimentar las maravillas de tener una hermana.

En cierto punto las amistades se vuelven algo más y se crea un vínculo, una unión que permanece con el tiempo. En mi caso he tenido distintos tipos de conexiones pero casi siempre han sido muy profundas, se han creado en una noche loca, un verano, un viaje juntos, un proyecto, unas cañas, el silencio, una mirada e incluso una pelea o discusión.

Me encanta poder mirar a los ojos a ese amigo o amiga, ver y sentir que es recíproco. A veces es algo que se siente entre el estómago y el pecho, un calor, una energía. También pasa cuando tengo algún recuerdo de las aventuras vividas.

La música siempre ha sido algo importante en mi vida, así que pondré dos canciones que hablan sobre los amigos:

Gracias de corazón a todos mis amigos y amigas por estar ahí ayer, hoy y siempre. Espero estar a la altura cuando las circunstancias lo requieran.